El italiano Bernardo Corradi era un delantero alto que explotaba su estatura al máximo, lo que lo convertía en un peligroso adversario en el juego aéreo y en un gran rematador. Nacido en Siena en marzo de 1976, no tuvo éxito en sus primeras apariciones con el equipo local, y pasó los primeros años de su carrera jugando en equipos de divisiones inferiores antes de convertirse en profesional con el Cagliari Calcio en 1997.

Corradi tuvo un debut estelar a principios de la temporada 1999-2000 contra su futuro equipo, el Lazio. Sin embargo, sus apariciones se limitaron a jugar como suplente en su primera campaña en la Serie A. Su traspaso al Chievo de Verona el verano siguiente revitalizó su carrera, y los 20 goles que marcó en sus 65 partidos con el equipo transalpino le facilitaron el pase al Inter de Milán en 2002 a cambio de cuatro millones de euros. Allí, sin embargo, no consiguió hacerse con un puesto en el once, y se fue al Lazio a mediados de esa temporada. Pronto recuperó su habilidad como goleador, y encontró la red rival en diez ocasiones a lo largo del curso.

Corradi marcó diez goles en su segunda campaña, ayudando al equipo a conquistar la Copa de Italia y lograr el sexto puesto en la Serie A. Al finalizar la temporada, Bernardo fichó por el Valencia CF junto con Stefano Fiore, en un doble traspaso ruinoso que costó 16,6 millones de euros al equipo ché, y que incluía los pagos pendientes por parte de la Lazio del traspaso de Gaizka Mendieta. En el Valencia permaneció una única temporada, la 2005-2006. Jugó varios partidos al inicio de la misma, e incluso participó en la final de la Supercopa de Europa, en la que el equipo valencianista se proclamó campeón. Marcó tres goles en 21 partidos de Liga, pero la destitución de Claudio Ranieri le relegó a un segundo plano, por lo que la siguiente temporada, tras producirse la contratación de Quique Flores como técnico, marchó cedido al Parma, donde marcó 10 goles en 36 partidos. En el verano de 2006 fue vendido por el Valencia al Manchester City.

El 30 de julio de 2008, el equipo inglés confirmó que el jugador había sido liberado de su último año de contrato, por lo que regresó a Italia para jugar con la Reggina. La temporada siguiente firmó con la carta de libertad con el Udinese, con quien apenas jugó como suplente. En el verano de 2011 rescinde su contrato con la entidad italiana, quedando sin equipo, y en el invierno de 2012 comienza a entrenarse con el Monza. En el verano de 2012, decide emigrar y probar suerte con el Montreal Impact canadiense de la Major League, pero rescindió su contrato en diciembre de ese mismo año, anunciando su retirada del fútbol profesional a los 36 años de edad.