Hijo de un ex-jugador del FC Barcelona, la vida futbolística de Gerard López siempre estuvo vinculada al club azulgrana, ya que, además, sus dos hermanos Sergi y Julià jugaron, como él, en la cantera del club catalán. Gerard dio sus primeros pasos como futbolista en el equipo de su localidad natal, Granollers, hasta que los ojeadores del Barça le llevaron a La Masía a los 11 años. A los 17, Juan de la Cruz le hizo debutar con el equipo filial el 1 de septiembre 1996 en Eibar, completando 32 partidos y marcando 10 goles en la categoría de plata. El joven jugador se había convertido en una de las mayores promesas del club barcelonés, pero el Valencia de Valdano le convenció para venir a Mestalla ya que por aquel entonces Guardiola, que jugaba en su posición, no parecía tener intención de cederle paso.

Debutó en Primera con el Valencia el 31 de agosto de 1997, en la primera jornada de Liga contra el Mallorca. A pesar de su juventud, Gerard demostró que no le faltaban requisitos físicos ni técnicos para llegar a ser un gran centrocampista, pero la destitución del entrenador argentino y la llegada de Claudio Ranieri le restaron oportunidades en favor de piezas más experimentadas. En el verano de 1998 fue enviado al Alavés, en una fructífera cesión que le sirvió para curtirse en Primera completando una magnífica temporada en la que anotó 10 goles en 29 partidos. A su regreso, Héctor Cúper le hizo sitio y le mantuvo como pieza fundamental en el equipo titular, asociándose con Javier Farinós en un incombustible tándem de grandes prestaciones físicas y técnicas.

La temporada 1999-2000 fue, indudablemente, la mejor de su carrera. En Mestalla demostró fuerza, resistencia, circulación de balón y un poderío en el juego aéreo que le permitió marcar en Munich y en el Bernabéu con una facilidad casi insultante. Tuvo su noche de gloria en el partido de ida de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Lazio. Aquella noche se convirtió en un vendaval, logrando un hat-trick que le convirtió en portada de todos los periódicos europeos. Fue tan grande la repercusión mediática, que se convirtió en objeto de deseo de los grandes de Europa, pero finalmente cumplió con su sueño y su deseo de regresar al FC Barcelona, dejando 8 goles en 73 partidos con la elástica valencianista.

Su trayectoria en el FC Barcelona no fue tan exitosa como se esperaba. Gerard jugó durante cinco temporadas en varias posiciones, pero no llegó a alcanzar la titularidad indiscutible en ninguna de ellas, en parte por las lesiones. Marcó 5 goles en 91 partidos, logrando el título de Liga en 2005, año en el que emigró para firmar con el Mónaco un contrato por dos temporadas, en las que únicamente disputó 13 partidos de Liga, marcando un único gol contra el Saint-Etienne. En 2007 regresó a España para jugar 18 partidos con el Recreativo de Huelva en Primera División, y el verano siguiente firmó con el Girona, marcando 4 goles en 31 partidos en la categoría de plata antes de colgar las botas en julio de 2011, a los 31 años de edad.