Ficha de partido: 14.10.1962: RCD Mallorca 0 - 2 Valencia CF

Ficha de partido

RCD Mallorca
RCD Mallorca
0 - 2
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Enrique Ribelles
37'
Descanso
45'
Manolo Mestre
62'
Waldo Machado
89'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Luis Sitjar
Aforo: 18.000 espectadores
Ubicación: Palma de Mallorca (Baleares) 
Inauguración: 1945 (Demolido en 2011)

Rival: RCD Mallorca

Records vs RCD Mallorca

Máximo goleador: Silvestre Igoa (7 goles)
Goleador rival: Ninguno
Mayor victoria: 8 - 0 (07.05.1950)
Mayor derrota: 0 - 4 (19.02.1961)
Más repetido: 1-0 (11 veces)

Crónica

No fue precisamente lo que puede llamarse un grato espectáculo el que ofrecieron ayer en Palma de Mallorca el Valencia y el cuadro local en el campo de este último. Al final, el marcador señalaba un cero a dos favorable a los visitantes, y no se puede decir que los goles llegasen por la vía normal del futbol. A parte consideraciones sobre el arbitraje, que ya se apuntarán, quizás sea justo el triunfo del valencia sobre el Mallorca, pero tal como se desarrollaron las cosas no puede ser aceptado buenamente el resultado que se dió.

Los dos goles de los visitantes fueron conseguidos en forma rara, extraña, y siempre muy discutible. El primero vino como consecuencia de una equivocación del colegiado Bueno, y el segundo, fruto de la desmoralización que había hecho presa en las filas mallorquinistas, de tal forma que en la jugada que desencadenaría este tanto, ni siquiera acertaron los defensas locales a moverse para obstaculizar el avance de Waldo, a quien le llegó el balón estando completamente desmarcado y marchó hacia el gol con asombrosa comodidad.

El Valencia tuvo oportunidades de marcar que no supo aprovechar, y, en cambio, se anotó dos tantos en jugadas en que no fue merecedor. Por su parte, el Mallorca perdió el partido por no acertar dos de sus jugadores en culminar dos oportunidades de gol. Ambas se dieron en la primera parte, y fallaron, primero, Ruiz, al no saber rematar a portero batido un extaordinario pase de Pepino, y el segundo fue el fallo de Pais, que tampoco, con todas las oportunidades a su favor, pudo conseguir el tanto, que estaba ya más que cantado.

En estos instantes perdió el Mallorca el encuentro. Al no saber sus jugadores culminar tan claras oportunidades, a nadie se puede culpar de que, al final, el triunfo se le escapara. Y a nadie se le culparía si no fuera por que la derrota vino precisamente por una gran equivocación del colegiado de turno. No es costumbre nuestra criticar seriamente las actuaciones de los colegiados, pero en esta ocasión nos cabe hacerlo con toda justicia.

A los dieciséis minutos de la segunda parte, un defensa mallorquín cedió el balón a su portero en malas condiciones, es cierto. El guardameta tuvo que lanzarse sobre el esférico cuando éste ya casi rozaba la línea de córner. Pero sin salir del rectángulo de juego. No obstante, el árbitro decretó saque de esquina, y entre las airadas protestas de la multitud y de los jugadores se ejecutó éste, dando oportunidad al defensa Mestre, muy adelantado, para rematar a gol. El Mallorca encajó con escasa serenidad este rudo golpe, y ya nada supo hacer a derechas. Dominó, eso si, pero en ningún momento su juego, sin orden ni concierto, se impuso a la férrea y segura defensa valencianista.

Discurrió todo el resto del partido con dominio infructuoso del Mallorca, y ya en las postrimerías del mismo, exactamente en el minuto cuarenta y cuatro, vino la jugada de Waldo. Ante la incomprensible actitud de los defensas locales, que permitieron que el jugador moreno marchara así hacia gol y marcara, burlando con toda comodidad la salida de Asenjo.

Un cero a dos que ya no tendría remedio. El Mallorca jugó un mal partido en conjunto, destacando la presentación del jugador ex-madridista Pepillo, que tuvo jugadas aisladas de mucho mérito, pero no halló colaboración en sus compañeros de ataque. Todos ellos estuvieron siempre muy marcados, muy aferrrados por la defensa valencianista, que completó una tarde extraordinaria. Zamora, bajo los palos, y por primera vez contra el que fue durante tanto tiempo su equipo, estuvo muy discreto. Wldo y Guillot fueron los jugadores que actuaron en punta y dieron todo un curso de fútbol al contraataque, poniendo en un brete constante al cuadro defensivo local.

El colegiado aragonés Bueno, fue despedido de mala manera del Luis Sitjar. Una lluvia de almohadillas y de cascos de botellas fueron los frutos que recogió tras su actuación, que fue francamente deplorable. A los treinta y siete minutos del primer tiempo, por insulto al árbitro, fue expulsado del terreno de juego el jugador valencianist Ribelles.