Ficha de partido: 28.09.1941: Atlético de Madrid 3 - 0 Valencia CF

Ficha de partido

At. Madrid
At. Madrid
3 - 0
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Manín
16'
Campos
34'
Descanso
45'
Campos
76'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Viejo Vallecas
Aforo: 3.000 espectadores
Ubicación: Madrid (Madrid) 
Inauguración: 19/03/1930

Rival: At. Madrid

Records vs At. Madrid

Máximo goleador: Mundo Suárez (16 goles)
Goleador rival: Luis Aragonés (12 goles)
Mayor victoria: 9 - 1 (13.09.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (10.11.1985)
Más repetido: 1-1 (22 veces)

Crónica

Tan impresionables son las gentes (y los incondicionales, más), que durante y después del partido inaugural del domingo ya se mezclaban las censuras al delantero centro García, con la pretensión de su relevo a favor del que está en reserva, pisándole los talones. Y lo cierto es que García hizo cuanto pudo "a su aire" y se halló con la novedad de que los interiores jugaban para ellos más que por la decantada colaboración eficacísima. A pesar de lo cual, García sigue siendo una brillante esperanza, y los impacientes unas remoras incatalogables.

Pasarán todavía varias semanas hasta que los equipos puedan dar de sí lo que sus jugadores tengan dentro. Caso tipo, el del Valencia, que nos ofreció un conjunto de "ases", gordos, tardos, apáticos, fofos y desorientados, que corresponden a ese largo plazo de descanso y buen vivir. Si, por ejemplo, Gorostiza ha llegado al epílogo de su carrera, será menester esperar a saberlo para cuando deje en el entrenamiento esos cuatro o seis kilos de grasa que ahora le "adornan" y le frenan. Si el brillante Epi es capas de recuperarse y jugar sin calambres, es cuestión de partidos y preparación. Si la pareja Mesa-Aparicio va a volver por todos sus prestigios, hará, falta, que gane en elasticidad cuanto perdió. Si los guardametas de cierta categoría (Pío y Tabales) piensan reverdecer laureles y campeonatos, tendrán que escuchar a los entrenadores, cuidar de la colocación y saber que el aire, cuando sopla, también juega. Todo elto son consecuencias de la buena vida pasada en la holganza. Y ahora los profesionales tienen que hacer la vida del campeonato. Eso es todo.

Pese a estos reparos, el partido fue movido y tuvo casi siempre interés, que no en balde, jugaban equipos campeones. Los primeros treinta minutos fueron los mejores. El Valencia gastó allí todo el gas que traía y puso a prueba una línea media local, donde Germán y Gabilondo aún no están a punto. El esfuerzo vehemente y a ratos áspero ofreció plazos emocionantes, pero el Valencia no tuvo suerte y por eso no marcó. Después, el Atlético neutralizó la avalancha, presionó a ratos y al fin marcó un primer tanto en compleja colaboración: un poco de centro de Manín, más del empuje del aire y bastante descolocación del portero, que actuó de principiante. Pero ese gol animó a los rojiblancos y fue prólogo de sus mejores jugadas. Una de ellas, la mejor del partido, fue llevada y concluida con perfección maestra por Campos, que marco el segundo tanto.

El segundo tiempo, con fuerte viento a favor del Valencia, no registró reacción de este equipo, a pesar del reiterado dominio, y en cambio Campos, en feliz escapatoria, remató un tercer tanto eolocadísimo, que ratificó el inamovible éxito rojiblanco.

Está empezado el concurso, y han surgido las primeras sorpresas. De entre estas figuras de los grupos campeones lo ás sorprendente es su falta de forma, imputable al exagerado abandono físico; y frente a los "pasados" hombres como Campos, como Machín, como Asensi y como Iturraspe, preparados ya a todo evento.

El entradón, casi como el de las grandes solemnidades, a pesar de los precios restrictivos, y la dirección del partido, pendiente del silbato de Ocaña, demasiado meticulosa tal vez, pero justa. No hay que olvidar, a este respecto, que los dos "onces" tienen futbolistas de los que dan "lena" y a los que el arbitro tuvo sujetos. Y por este camino, señalaré al defensa derecho del Valencia, cuyas intenciones, no deportivas precisamente, darán lugar, si no sabe reprimirlas, a disgustos y conflictos. Es un consejo y una advertencia.