Ficha de partido: 06.05.2006: Valencia CF 1 - 1 Atlético de Madrid

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
1 - 1
At. Madrid
At. Madrid

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
David Villa (Pen.)
11'
Maxi Rodríguez
19'
Gabi
40'
Descanso
45'
Amedeo CarboniEmiliano Moretti
58'
Luccin
63'
Vicente RodríguezPablo Aimar
70'
David Albelda
78'
VaraMaxi Rodríguez
79'
Miguel Ángel MistaDavid Villa
84'
MarquésKezman
86'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: At. Madrid

Records vs At. Madrid

Máximo goleador: Mundo Suárez (16 goles)
Goleador rival: Luis Aragonés (12 goles)
Mayor victoria: 9 - 1 (13.09.1936)
Mayor derrota: 0 - 5 (10.11.1985)
Más repetido: 1-1 (22 veces)

Crónica

El Valencia certificó anoche su clasificación para la Liga de Campeones, aunque al mismo tiempo se complicó las opciones de conquistar la segunda plaza y, por consiguiente, evitar la ronda previa continental. Villa, que está a un gol de Eto’o en la lucha por el Pichichi, abrió el marcador de penalti en el minuto 11, pero Maxi Rodríguez empató en el 20. Carboni tuvo su homenaje y Albelda le cedió el brazalete. Al Valencia ya no le va la marcha. Los vaivenes sociales y problemas internos, que antaño motivaban al equipo, hoy le hunden. Otrora, cuantos más líos, mejores triunfos. Ahora se acusan. Lo demostró en Mallorca y lo refrendó ayer con un aciago y espeso partido en el que empató, y gracias, ante el Atlético.

El punto, al menos, asegura la presencia en la próxima edición de la Champions, casi en la misma medida que le condena a jugar la eliminatoria previa, salvo que el Villarreal eche hoy una mano en el Bernabéu. La despedida a la Liga en Mestalla fue triste. Por el juego, por el resultado y porque se marchó Carboni, homenajeado como merecía, por honradez y trayectoria. Se llevó la mejor ovación, seguida en intensidad por la que recibió Vicente al reaparecer, única alegría.

Además, si Luis Aragonés albergaba alguna duda sobre si llevarse a Baraja al Mundial, anoche la despejó. El valencianista se podrá ir de vacaciones, al igual que Marchena, sin pensar en el Mundial. Vicente deberá esperar la sentencia final. Los habituales de Quique no funcionaron en un primer tiempo en el que fueron de más a menos a pasos agigantados. Empezó bien el Valencia, sin forzar la máquina, pero mandando y una acción de la sociedad Villa-Regueiro a punto estuvo de acabar en gol cuando sólo habían transcurrido cuatro minutos.

De aquí, al penalti, y ahí acabó todo. Justo es significar la forma como se produjo la máxima pena. Albelda, cómo no, robó un balón por rapidez y arrestos, para servirlo en profundidad a Villa. El asturiano echó mano de la calidad y forzó a Franco a derribarlo. Villa marcó, batiendo al único equipo de la categoría al que le faltaba hacerlo y se fue en busca de Carboni para dedicárselo en jornada tan emotiva para el italiano. A partir de ahí, el Valencia se fue diluyendo. No utilizó las bandas, entre otros motivos porque los lanzamientos en diagonal de Baraja casi nunca llegaron a su destino. Angulo y Aimar pasaron desapercibidos. Tampoco hubo lucidez en el juego interior y, como consecuencia de ello, falló casi siempre el último pase.

Si a todo ello unimos que Regueiro abandonó con cabezonería y reiteración su puesto para caer a las bandas, en el círculo central se produjo un vacío de poder que oxigenó al Atlético, al tiempo que obligaba a Albelda a multiplicarse y sacar fuerzas de donde casi no quedan. Maxi igualó la contienda, encontrando el premio justo a su trabajo en la banda derecha, por la que creó problemas a Moretti. Los rojiblancos fueron a más ante la actitud valencianista, repartida por igual entre el beneplácito, la impotencia y el desconcierto, y la grada se empezó a poner nerviosa.

La brega de Luccin, la batuta del admirado y casi deseado Gabi y la movilidad de Maxi, Torres y Petrov fueron armas suficientes para poner en evidencia a los de Quique, que dieron muestras de continuar con la empanada mental de Mallorca. El descanso se agradeció, pero antes de que llegara hubo tiempo para el susto cuando Moretti le entró a Maxi en el área y el rojiblanco cayó derribado. Todas las miradas se dirigieron hacia Puentes Leira, temiendo que señalara penalti. El gallego no hizo sonar el silbato. Un alivio.

El descanso no fue reparador, ni mucho menos aleccionador. Todo continuó igual en la reanudación. El Valencia, embotado, sin lucidez y sin capacidad de reacción. Incluso fue a peor respecto a lo que había mostrado en el acto precedente. El Atlético, sin presión alguna por estar en zona de nadie en la clasificación, se creció y llegó a mandar, incluso sin hacer un gran esfuerzo. Aún siendo un equipo desangelado, desmotivado y hasta anárquico, tuvo la serenidad necesaria para dar buen trato al balón, asegurar la posesión y sacar los colores al Valencia.

Dentro del disgusto general en la parroquia, las únicas palmas se las llevaron Carboni y Vicente cuando accedieron al terreno de juego. Albelda cedió el brazalete de mando al italiano, que salió a jugar antes de lo previsto por la lesión de Moretti. Para que nada faltara, Quique escuchó silbidos cuando realizó los cambios y fue abroncado cuando hizo acto de presencia en la banda. En suma, triste despedida a la Liga en Mestalla que, casi seguro, llevará consigo el castigo de jugar la ronda previa para acceder a la Champions. En el pecado va la penitencia.