Inicio del partido

0'

Jose Ignacio Sáenz

15'

Ziganda

16'

José María

22'

Alkiza

28'

Descanso

45'

Fernando GómezPepe Gálvez

51'

Iñaki HurtadoXabier Eskurza

51'

Javi NavarroVicente Engonga

56'

CorinoLarrazábal

59'

Larrazábal

60'

EtxeberríaUrzaiz

66'

Etxeberría

77'

Gabriel Moya

81'

BoloZiganda

83'

Final del partido

90'

La consistencia del Athletic desniveló un choque áspero. Defendió mejor y tuvo más llegada que el Valencia, a quien cabe adjudicarle el control del círculo central a lo largo de muchos minutos. El balance en las áreas condenó al equipo de Luis Aragonés, pero la ausencia de sus extranjeros no lo explica, porque si bien arriba anduvo romo de pegada, abajo cometió una serie de errores determinantes. Y en este último apartado influyó, sin duda, el tesón y el peso específico del ataque local. El juego del Athletic no alcanzó altura, pero la contienda exigía solidez, sacrificio y una enorme concentración y en todo ello el Valencia fue inferior. El mérito del triunfo radicó en la capacidad del cuadro local para leer correctamente el partido y lograr un ritmo sostenido. La zona ancha tuvo la pelota y sin embargo no halló huecos para progresar.

Llegó un momento en que el Athletic se sintió seguro de sus fuerzas a pesar de los metros concedidos. La opción rojiblanca de rasgar la tela de araña que tejió Luis Aragonés siempre estuvo presente y, a la postre, resultó definitiva. Camino de un final apretado, Guerrero apuró a Otero y le arrebató un balón imposible para servir sobre la carrera de Etxeberria y permitir que éste se recrease ante un Zubizarreta vendido. El 2-0 acreditó el paulatino crecimiento de un conjunto que ayer modificó un tanto sus hábitos y consumió una hora de juego amparado en la ventaja que le otorgó Ziganda.

El empaque del Valencia en el manejo del esférico planteó algunas dudas, pero con los minutos se observó que el repliegue del Athletic constituía el antídoto idóneo para el oficio que siempre destila el once de Aragonés. Moya, y antes Gálvez, pasaron desapercibidos. Romero tuvo en Goikoetxea un tapón y no progresó nunca. En cambio, Urzaiz y Ziganda, con el empuje de Guerrero y Alkiza, y después Etxeberria inquietaron de continuo. Luis Fernández y sus hombres salvaron con holgura el primer escollo de una serie curiosa: Barcelona y Atlético son los próximos visitantes de la Catedral.