Ficha de partido: 02.02.1997: Valencia CF 1 - 1 Racing de Santander

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
1 - 1
Rac. Santander
Rac. Santander

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Merino
11'
Schurrer
29'
Javier Farinós
38'
Descanso
45'
Diego López
48'
Esteban Torre
52'
CorreaPetkovic
57'
MoránEsteban Torre
64'
Iñaki HurtadoJavier Farinós
67'
José Manuel SietesPaco Camarasa
68'
Pepe GálvezLeandro Machado
72'
ZalazarFaizulin
75'
Vicente Engonga (Pen.)
82'
Schurrer
85'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: Rac. Santander

Records vs Rac. Santander

Máximo goleador: José Vilanova (7 goles)
Goleador rival: Cisco (9 goles)
Mayor victoria: 8 - 1 (03.10.1954)
Mayor derrota: 0 - 5 (31.03.1935)
Más repetido: 1-2 (13 veces)

Crónica

Andoni Zubizarreta, en los últimos diez minutos, protagonizó cuatro espectaculares paradas, las cuatro a bocajarro y el público no tardó en reaccionar en un doble sentido: aclamó a Zubi y abroncó al palco. Sacó los pañuelos de sus bolsillos y los aireó al viento, en señal de protesta y mientras tanto, en el terreno de juego, Engonga adelantaba a su equipo y, a renglón seguido, Schürrer estableció la igualada. Ya en la primera fase del partido el guardameta había tenido su protagonismo y resuelto el trabajo con absoluta eficacia. Sus intervenciones dueron más propias de un líbero que de un portero, pero se trata de la exigencia que imponen las nuevas tácticas. Después, volvió a estar absolutamente lúcido en sus intervenciones, salvando a su equipo de una presunta derrota, pero al final sus reflejos ya no pudieron evitar que el Racing se llevara un valioso punto.

El público enfadado, mirando al palco, protestando de todo cuanto acontecía y en especial cuando Jorge Valdano ordenó que Leandro se fuese en beneficio de Gálvez. Y lo hizo porque quien esperaba que abandonase el campo fuese Claudio López, un jugador que no termina de convencer, que no se le observa progreso, pero, eso sí, ha costado un montón de millones. Y al aficionado ya no le gusta que le hablen de fichajes, cuando no demuestran que exista relación alguna entre calidad y coste. La historia, tal vez, permita saber algún día el por qué de algunas contrataciones. Dio por concluido el Valencia el primer tiempo ofreciendo un pésimo balance o, si se quiere, una pobre actuación. No puede estimarse ni como decepcionante por cómo está siendo la línea marcada en cuantos partidos se vienen disputando en Mestalla.

Un equipo puede ganar o perder y, sin embargo, dejar sobre el rectángulo de juego la impronta de su personalidad. Sabemos que el Valencia de Jorge Valdano posee esquema, pero no lo terminamos de ver dibujado en el campo. Eso sí, observamos que cuesta hacer circular el balón, se centra mal y se sirven pocos balones al delantero centro para que pueda desarrollar su tarea. Además, cuando se posee calidad, es más fácil salir en el uno contra uno y a algunos valencianistas les cuesta demasiado transmitir confianza en este aspecto. Al existir tanta dificultad para controlar el balón, pese a los esfuerzos de Engonga y Fernando, sobre todo el primero que fue de lo mejor de la tarde, entonces se recurre al mediocre argumento de bombear balones sobre el área. El balón se maltrataba y siempre salía el Racing beneficiado de este lance de juego.

Fernando quiso desde el círculo central dirigir a su equipo y los pocos detalles técnicos de valía que se produjeron en el partido partieron de sus botas, pero el partido no reunió las circunstancias apropiadas para que este jugador marcase el ritmo. Lo intentó tanto en un tiempo como en el otro, puso toda su voluntad, buscó el desmarque y levantó la cabeza con suma frecuencia para adivinar el de sus compañeros, que no encontraron el espacio libre ni por la derecha ni por la izquierda. Concluido el descanso, las mejores ocasiones de gol fueron para el Racing, pero el Valencia tuvo el triunfo en su poder y quizá también un poco de suerte. Asumió la responsabilidad de llevar el peso del partido, pero no hubo forma de salir de la presión que ejercieron los jugadores que dirigió Marcos desde la banda.

Al final, decepción, tristeza y pañuelos dirigidos a Paco Roig. ¿A quién culpará ahora? Al primero que se cruce en su camino y buscará, como siempre, coyunturales y entregados aliados para intentar destrozar al "enemigo". Menos mal que, pese a todo, aún quedan en la sociedad valenciana voluntades que no se dejan manejar ni impresionar por el presidente de la promesa.