Pese a no alcanzar la notoriedad de Arturo Montes y Eduardo Cubells, primeras estrellas de la historia del Valencia, lo cierto es que José Ródenas fue uno de los mayores goleadores de la primera década del club, tal y como atestitiguan sus implacables números como delantero: 127 goles en 167 partidos durante cinco temporadas, cifras al alcance de muy pocos futbolistas. Delantero centro insaciable, se formó en los equipos inferiores del primer Valencia y fue ascendiendo hasta llegar al equipo reserva y, posteriormente, dar el salto al primer equipo bajo las órdenes del checho Anton Fibver.

La presencia de Montes en el once desplazó su posición a la de interior izquierdo, lo cual provocó de forma directa un incremento en la capacidad goleadora de Arturo, ya que Ródenas se convirtió en su mejor asistente durante varios años. Jugador rudo pero con un espíritu de sacrificio admirable, Ródenas suplía su falta de técnica con trabajo y actitud sobre el terreno de juego. Como ha sucedido siempre con este tipo de jugadores en Mestalla, su presencia en las alineaciones acabó por dividir a la afición, que tan pronto le abroncaba por fallar goles inexplicables, como le ovacionaba en tardes memorables. Durante su prolífica carrera, Ródenas consiguió 7 hat-tricks y dos pokers de goles.

Una vez finalizada su estancia en Mestalla, Ródenas fichó por el Levante, donde jugó algunos años a buen nivel, llegando incluso a mantener negociaciones para fichar por el FC Barcelona, que, sin embargo, nunca llegaron a buen puerto. Años más tarde defendió las camisetas de Atlético Saguntino y Villarreal antes de su retirada.