Ficha de partido: 11.11.1962: FC Barcelona 1 - 1 Valencia CF

Ficha de partido

FC Barcelona
FC Barcelona
1 - 1
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Descanso
45'
Vicente
50'
Héctor Núñez (Falta)
85'
Enrique RibellesPenalty fallado
89'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Camp Nou
Aforo: 99.354 espectadores
Ubicación: Barcelona (Barcelona) 
Inauguración: 24/09/1957

Rival: FC Barcelona

Records vs FC Barcelona

Máximo goleador: Mundo Suárez (18 goles)
Goleador rival: Messi (31 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (18.04.1979)
Mayor derrota: 0 - 7 (03.02.2016)
Más repetido: 1-1 (36 veces)

Crónica

Una cosa es que los grandes equipos españoles no posean hoy el juego poderoso que les hizo irresistibles hace unos años, y otra, totalmente contraria, que el público esté divorciándose de su afición por el fútbol. Por lo que respecta al espectáculo en Barcelona, ha sido suficiente que un partido estuviese envuelto en unas particularidades que le hacían apasionante para que los espectadores, que llenaban totalmente el graderío, se apasionasen.

Este ha sido el caso del Barcelona-Valencia, al que el desenlace adverso para los azulgranas en la reciente final de la Copa Ferias había convertido en codiciado desquite dentro de la siempre latente rivalidad mediterránea, rodeándole de una desbordante expectación en un clima extraordinariamente sensible y propicio a la exaltación. Solamente faltó que el arbitro González Echeverría, cuya tendencia anticasera resultó evidente y había sido protestado en varias ocasiones, se viese obligado a instancia, además de un linier, a castigar al Barcelona con un penal que desde luego no cometió Garay, sino Foncho, cuando faltaban escasos segundos para terminar con un dramático empate en el marcador, para que los nervios del público saltasen incontenible y ruidosamente.

Mucho me libraré de censurar las actitudes del público al manifestar su aprobación o repulsa hacia los actores del espectáculo, sea el arbitro o los jugadores. Al fin y al cabo está en su derecho, pues para él se juega el partido. Únicamente debe desearse que su conducta se produzca dentro de un margen de respeto hacia los demás. Por eso, sobran siempre las almohadillas.

El partido fue así de una pieza, pues una misma tensión y una misma emoción se apoderó de jugadores y público. Se jugó con gran dureza en el campo y se vibró con emoción en las gradas. El arbitro naufragó a ratos entre este temporal desencadenado y es comprensible que su actuación no gustase y fuese protestada. Sin embargo, hay que reconocer que por muy perjudiciales que a veces fuesen sus decisiones para el Barcelona más le perjudicó a efectos de lograr un desenlace favorable los errores que cometieron algunos de sus jugadores juzgados individualmente y la evidente vacilación que se notó en la actuación global del equipo. En este aspecto, la defensa y sobre todo Sadurní superaron a sus compañeros de ataque y a su buena actuación se debió que el empate no degenerase en derrota.

A juzgar por las primeras jugadas del partido, poca duda podía caber sobre la derrota del Valencia, pues la puerta defendida con alguna inseguridad por Zamora pasó momentos de graves apuros. En un tiro de Pereda al portero valencianista se le escapó de las manos la pelota, que logró atrapar junto a la raya de gol. A continuación, un disparo a bocajarro de Re acertó a repelerlo Zamora, que poco después era batido por Villaverde, salvando Mestre el gol cuando parecía consumado. El Valencia endureció su juego defensivo y el Barcelona no envió ni un disparo más en el resto de la primera parte, en cuyos últimos minutos Sadurní realizó sus dos únicas intervenciones en este período, deteniendo muy bien un disparo peligroso de Guillot y sin dificultad otro sin peligro de Ficha. Antes, Re y Pereda habían desaprovechado dos buenas oportunidades.

El primer tiempo comenzó, pues, con iniciativa azulgrana, que fue cediendo hasta que en los minutos finales replicó briosamente el Valencia. Villaverde formó con Fuste una excelente línea media, completándose la labor rectora del primero con el derroche de energía del segundo. En general, hubo dominio barcelonista sin traducirlo en efectividad por falta de disparo después del prometedor comienzo en que tres goles amenazaron la puerta del Valencia como disparos de ametralladora.

Con empate a cero y medio partido a la espalda, el Valencia cayó en la tentación de replegar sus jugadores, pasando Ficha, extremo izquierdo, a reforzar la media. Zamora repelló un disparo de Vicente y, aunque en un contraataque Núñez marcó y el gol no fue válido por falta anterior, a los cinco minutos, un centro pasado de Pereda lo remató con fortuna Vicente, batiendo a Zamora por el único agujero posible. Este fue el momento critico del partido, en el que Pereda remató mal dos veces y un cabezazo pasó por encima del larguero del Valencia. Los valencianistas redoblaron la energía de su defensa y el arbitro se
ganó nuevas broncas.

Pero a Villaverde comenzó a acabársele él fuelle, y Re, en una actuación desafortunadísima, rompió la línea de ataque tantas veces como intervino, sin que Kocsis ni Pereda enmendasen la situación. Los ataques del Valencia, en cambio, fueron aumentando en intensidad y peligros y en seis minutos forzaron cinco córners, igualando casi el número de los del Barcelona hasta entonces. Uno de ellos lo cedió Sadurní al desviar prodigiosamente la pelota que, disparada por Ribelles, había desviado un defensor. Sadurní salvó aquí un gol. El Barcelona cedió entonces ante el empuje del Valencia y solamente quedaron en vanguardia Re y Kocsis. Esto fue mortal para la precaria ventaja de los barcelonistas.

Después que, en dos contraataques del Barcelona, Pereda y Re malograron dos nuevas ocasiones, el Valencia, que se había apoderado del mando, presionó con insistencia. A los treinta y nueve minutos, el Barcelona fue castigado por una falta cerca del área que ejecutó Núñez y su disparo bombeado sobre la barrera batió a Sadurní que se lanzó un poco tarde. Con empate a un gol y en plena eufltofia valenciana la emoción se puso al rojo.

Cuando habían transcurrido cuarenta y cinco minutos, pero faltaban tres por interrupciones que el arbitro descontó, te produjo el discutido penal al ser derribado dentro del área Núñez en pugna con Garay y Foncho. Lo ejecutó Ribelles con tiro muy colocado, pero no fueíte, y Sadurní, que intuyó la dirección de la pelota, se lanzó en magnífica estirada logrando desviarla. El empate estaba salvado. La bronca al arbitro se reprodujo después del castigó y prácticamente no terminó hMta al final ya inmediato del encuentro. El Barcelona, que pudo haber ganado en los primeros minutos del partido, estuvo a punto de perderlo en los últimos, pues, uno a uno, en un choque de muchos nervios, es un equilibrio que fácilmente puede caer hacia uno de los lados...