Inicio del partido

0'

Mundo SuárezAsist: Antonio Puchades

2'

Mario

7'

Gaju

19'

Quiliano Gago

31'

Descanso

45'

Vázquez

55'

Final del partido

90'

Dos minutos después de comenzado el partido, un gol sorpresa, de esos que hielan los más cálidos entusiasmos, caía en el casillero del Valencia, cerrando, al parecer, la salida al sonido de la campanada que se esperaba del Sabadell. Pero la campana sonó y los presuntos campeones de Liga salieron batidos de la Cruz Alta, ensordecidos por el alegre repiqueteo del juego del equipo vallesano, no del tono gris y desigual que venía desgranando esta temporada, sino vibrante, arrebatador e irresistible en unos veinte minutos durante los cuales el Valencia estuvo materialmente agobiado, encajando dos goles que con alguna suerte o sin un par de paradas impresionantes de Eizaguirre, hubiesen podido doblarse.

El Valencia nos dio la impresión de estar pasando un mal momento. Una de esas fases críticas que cuando se producen a la altura que estamos de la competición liguera, pueden ser realmente catastróficas si no se superan rápidamente, aun llevando la apreciable ventaja en la puntuación que los levantinos llevaban al comenzar el partido sobre su inmediato seguidor. Su pobre actuación ante el Español, dejando hace ocho días que éste le empatase en Mestalla, fue un aviso de que en las filas vaiencianistas hay algo que no funciona a la perfección y en La Cruz Alta se pudieron apreciar atisbos de un desfondamiento moral que muy bien pudiera ser la clave de ese descenso de rendimiento a que nos hemos referido.

El Valencia jugó el domingo con un exceso de «serenidad» que le llevó a la derrota. Cuando después del primer gol el Sabadell tuvo aquel arranque y el equipo blanco se vio dominado, aplastado contra su propio marco, debió comprender que a su adversario en esta ocasión no le vencería, con juego, bueno desde luego, pero aunque duro, excesivamente frío. Al gran corazón que el Sabadell puso en la lucha sólo podía batirle otro gran corazón que, además, jugara mejor y el Valencia quiso ignorarlo, no disponía, de ese gran corazón, o no le latía con suficiente fuerza para superar al Sabadell en la segunda parte cuando éste, agotado por el esfuerzo de la primera parte y con Pallas, fuertemente tocado, de extremo derecho, luchaba con más voluntad que fuerzas. Y aquella actitud reposada, aplomada, del Valencia, que parecía constituir una grave amenaza para la última fase del partido, no pasó de eso, de amenaza, aunque en el último cuarto de hora se cerniese muy cerca de la meta de Pujol.

El Sabadell dio el domingo una agradable sorpresa, jugando con brío y acierto que no se veía en sus filas desde que iba asombrando públicos en la segunda vuelta del pasado año. El trío defensivo, de costumbre duro y seguro, presentó una notable mejora con Tellechea repuesto y en magnífica forma. También jugó bien la media sabadellense, destacando la formidable labor de Módol, más aún cortando juego, pero donde la reacción se evidenció fue en la delantera donde al entusiasmo de todos se unió el espléndido juego de esa pareja de pequeños grandes jugadores, Pallas-Mario, que el domingo eran los que abultaban más. Navarro les siguió en méritos y Gaju y Vázquez tienen en su haber un gol cada uno.

El señor Fombona tuvo una tarde bastante desdichada. Muy benevolente con el juego duro, tuvo, además, abundantes fallos, y el Sabadell tiene más que censurarle que agradecerle. A los dos minutos Puchades pasa adelantado y Mundo, por sorpresa, lanza desde lejos un tiro alto que bate a Pujol (0-1). Cinco minutos después, Navarro tira un saque de esquina y Mario entra sobre la marcha, empatando de un soberbio chut cruzado (1-1). A los diecinueve minutos es Mario el que tira un córner y Gaju, de cabeza, marca el segundo gol del Sabadell (2-1). Antes del descanso, a los treinta y uno, un cabezazo de Mundo escapa de las manos a Pujol, permitiendo que Gago obtuviese el segundo empate (2-2), que deshace Vázquez a los diez minutos del segundo tiempo en una formidable media vuelta a un centro de Mario (3-2). Mundo entró, visiblemente con la mano, otro gol, pero fue invalidado por el árbitro.