Ficha de partido: 07.11.1982: Valencia CF 2 - 1 RCD Espanyol

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
2 - 1
RCD Espanyol
RCD Espanyol

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Mario Kempes (Pen.)
10'
Mario KempesAsist: Roberto Fernández
30'
Descanso
45'
Ricardo Arias
59'
Roberto Fernández
68'
MuruaMarañón
70'
VilchesMauri
70'
Ángel CastellanosCésar Ferrando
75'
Javier SubiratsKurt Welzl
83'
Márquez
85'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: RCD Espanyol

Records vs RCD Espanyol

Máximo goleador: Mundo Suárez (21 goles)
Goleador rival: Prat (9 goles)
Mayor victoria: 4 - 0 (19.10.2003)
Mayor derrota: 0 - 7 (10.06.1928)
Más repetido: 2-1 (25 veces)

Crónica

Algo menos de media entrada en el Luis Casanova. Tarde desapacible y nublada antes de comenzar el partido y un auténtico «chaparrón» al hacer sonar su silbato inicialmente Jaramillo González. El aguacero duró 15 minutos pero fue determinante para que el césped se ablandara y acaba deteriorado a medida que transcurría el juego. Divisiones de opiniones para el Español tras su salida y ovación al Valencia por su resultado de Ostrava así corno para Miljanic en su primer partido sentado en el banquillo valencianista. El Valencia lanzó 13 saques de esquina por nueve el Español.

Dirigió el partido el norteafricano Jaramillo González. Desastrosa su actuación. Perdido sobre el césped, dio todo un recital de cómo nose debe arbitrar un encuentro. Falto de condiciones físicas, sin coordinación con sus liniers y siempre lejos de donde ocurría la jugada. Arias y Roberto vieron la tarjeta amarilla en la segunda parte por juego violento.

Goles: 1-0, minuto 10. Solsona lanza en profundidad sobre Arias, éste dentro del área se revuelve con Arabí y cae. Jaramillo señala el punto fatídico ante el asombro de todos. El penalty lo lanzó Kempes por a izquierda engañando a N'Kono que se estiró al lado contrario. 2-0, minuto 30. Centro de Solsona, Roberto peina hacia Kempes, libre de marcaje y éste lanza un soberbio trallazo que hace inútil la estirada de N'Kono. 2-1, minuto 40 de la segunda parte. Falta inexistente sobre el portal del Valencia. La bota Murúa y Márquez remata de cabeza impecablemente a la escuadra derecha.

Lo comentaron antes de partir hacia Valencia: «Con Miljanic estrenando banquillo y Jaramillo pitando en el césped, el Español ha de pagar os platos rotos», No le faltaba razón a nuestro interlocutor. Los dos factores fieron determinantes y decisivos para que el cuadro de Maguregui haya regresado a casa con las alforjas vacías. En primer lugar, la mano del yugóslavo ya se nota en un equipo que después de vencer al Barcelona en la primera jornada, estaba navegando sin rumbo y esto sobre el campo tuvo su repercusión. En segundo y aquí aún duele más el tréncilla norteafricano cumplió los vaticinios y no quiso que la afición valenciana viviera nuevos disgustos.

Y que conste que sin el desafortunado protagonismo de Jaramillo, es muy probable que al final el Valencia, por ocasiones, mejor posición sobre el campo y mayor capacidad ofensiva y de medio campo, se hubiera llevado el gato al agua, pero todo esto entra ya dentro del terreno de las especualaciones y en fútbol sólo valen las realidades. El encuentro, corno era de esperar comenzó con una salida en tromba del Valencia y al primer minuto N'Kono tenía que intervenir al lanzarse y detener un fuerte disparo del joven Roberto. Tras la réplica españolista, en una buena jugada protagonizada por Corominas, el moreno cancerbero tuvo que emplearse a fondo primero en un disparo de Arias y posteriormente a otro de Roberto. Pese a ello los ataques valencianistas venían por los arrestos e ímpetu de sus jugadores más que por jugadas estudiadas o de tiralíneas. Sin embargo, todos los planes de Maguregui se vinieron abajo en el minuto 10 cuando Jaramillo señalaba ante el estupor de propios y extraños un penalty más producto de la fantasía que de otra cosa.

Kempes, fue implacable y un «mazazo» inexorable caía contundentemente sobre un Español que a partir de ahí quería y no podía. Así y todo el pie de Arias, salvaba al conjunto local del empate en el minuto 16, cuando Jiménez había regateado a Bermell y se disponía a fusilar el tanto. Fue tan sólo una falsa esperanza. El Español hacía aguas en el centro del campo y ni Zúñiga podía con Solsona en plan de figura, ni Márquez a pesar de su voluntad era capaz de controlar a César. Lauridsen, no iba a ser menos que sus compañeros e intentaba marcar por zonas al joven Roberto, que campaba por sus anchas. Bajo estas premisas, los peligros llegaban constantemente en les inmediaciones de un N'Kono que no cesaba e enfrentarse con sus compañeros de cobertura por la facilidad con que los delanteros «ches» llegaban a sus inmediaciones.

Por dos veces Kernpes en los minutos 23 y 27 dio los clarinetazos de aviso de un soberbio gol que llegaría en el 30. Realmente el tanto fue muy bello en su factura, pero también hay que dejar constancia de la soledad en que se hallaba el «matador» y César, tras recibir el medido centro de Solsona. Tras el lógico flamear de pañuelos y el delirio con que se acogió el tanto de Manto, persistió el acoso de un Valencia que en esta fase del encuentro estuvo realmente soberbio. Solsona, que sin Molinos a su lado hizo lo que le vino en gana, seguía nutriendo de balones a sus delanteros y el «fantasma» de la goleada empezaba a flotar sobre el Luis Casanova. Nuevamente Kempes en el minuto 38 y en una jugada calcada a la del segundo tanto estuvo a punto de aumentar su cuenta particular pero N'Kono le puso esta vez el cerrojo a su portería.

En el segundo tiempo bajó mucho el tono del partido. De un lado el Valencia se había vaciado en los primeros 45 minutos y acusaba el esfuerzo sobre un césped que estaba muy pesado. Por otro, el Español se mostraba superior físicamente pero no sabía aprovechar esta circunstancia y excepto en escasas ocasiones sus ataques carecían del «punch» suficientes como para perforar de una vez por todas el marco del novel Bermell. En definitiva, no se puede catalogar de injusta la victoria de un Valencia en alza. Es evidente que este Español si logra amalgamar mejor su línea de centrocampistas en los desplazamientos puede dar más de un disgusto.