Ficha de partido: 26.07.1925: Valencia CF 4 - 1 Piamonte FC

Ficha de partido

Valencia CF
Valencia CF
4 - 1
Piamonte FC
Piamonte FC

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Baloncieri
10'
Rafael Peral
20'
ScevolaCaguino
20'
Benito Roca
35'
Arturo MontesAsist: Eduardo Cubells
40'
Descanso
45'
Arturo MontesAsist: Alfredo Arróniz
70'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Mestalla
Aforo: 55.000 espectadores
Ubicación: Valencia (Valencia) 
Inauguración: 20/05/1923

Rival: Piamonte FC

Records vs Piamonte FC

Máximo goleador: Arturo Montes (3 goles)
Goleador rival: Baloncieri (2 goles)
Mayor victoria: 4 - 1 (26.07.1925)
Mayor derrota: Ninguna
Más repetido: 4-2 (1 veces)

Crónica

Con estos partido de italianos y valencianos ha cerrado nuestro club campeón la temporada futbolística y acabó su cometido bien dignamente, puesto que si en realidad los nombres de los componentes del once italiano no eran los anunciados, pudimos, sin embargo, apreciar algunos elementos de gran valer y que en el primer partido se destacaron. Así, el sábado, la resistencia opuesta en los primeros momentos a nuestro once nos hizo comprender que nos hallábamos ante una cosa seria, pero que al fin tenían que sucumbir, puesto que era una selección hecha deprisa y no demostraban tener aquel conjunto tan necesario para ligar las jugadas y que en fútbol es parte principalísima. Por eso, aun no teniendo los nuestros ninguna gran tarde, pudieron al final imponer su mayor entendimiento, y esa fue la causa que hayamos podido contemplar en los dos partidos un score bastante elocuente a favor de nuestro campeón.

En el match de ayer obtuvimos una ligera ventaja en el score, pero francamente debemos decir que no nos llegó a entusiasmar, puesto que en los primeros momentos, apenas empezado a jugar, tuviese que retirarse el portero Caguino, que iba a jugar en sustitución de Morando, y que, según nos aseguraron, era de alta clase, cosa que apenas pudimos comprobar. Lo cierto es que en su lugar púsose Ticocelli, quizá por ser el de mayor estatura de todos, y naturalmente, balón que llegaba a su puerta, goal que se apuntaban los nuestros. Por eso, aun siendo el Valencia quien mejor clase de juego realizó, durante todo el partido, hubiésemos querido que la contingencia apuntada no hubiese existido, puesto que, como el sábado, la victoria alcanzada sería con todas las garantías de gran realidad.

Sin embargo, al cubrir la línea defensiva Mattea y Viviano, nos fue dable disfrutar de una gran labor, de los dos italianos, quienes se esforzaron en que fuesen pocos los balones que llegasen a Ticocelli, y así, si alguna vez iba alguno, lo despejaba fácilmente con el pie o entraba en la meta. Y aún a pesar de todo, a todos los goals predeció una bonita combinación, especialmente el cuarto, que desde que salió de los pies de Amorós, hasta que Montes lo consiguió, fue verdaderamente hermoso y seguramente que un portero de clase tampoco lo hubiera detenido. También, como en el primer partido, fueron los italianos quienes iniciaron el score. Baloncieri avanzó driblando a Garrobé y Llovet, que había conseguido ponerse frente a él, no pudiendo arrebatarle el balón, y ni aún Cano, que señaló una estirada oportuna, pudo evitar que entrase el balón y así apuntáronse los italianos el primer goal.

En una melée, en la cual de una forma cierta no distinguimos quién consiguió meter el goal, aunque nos pareció que fue Peral, consiguió el Valencia el empate, y en esta ocasión fue cuando Canguino resultó lesionado en la muñeca izquierda. Los del Piamonte contraatacaron, manteniendo el fuerte tren con que iniciaron el juego, y ello dio ocasión a que Cano se luciese, deteniendo por tres veces consecutivas el balón, jugadas que, por lo rápidas y chuts que por lo fuertes y bien dirigidos, eran peligrosísimos. Un buen pase de Cubells a Montes fue aprovechado por éste para conseguir el tercer goal. En la segunda parte sólo anotamos de bueno el cuarto goal del Valencia y un juego extremadamente sucio por parte de todos, y que el referee no supo evitar a tiempo, a más porque desde un principio había perdido toda autoridad en el campo, puesto que los fallos se ajustaban rara vez a la realidad de quien incurría en falta.