Ficha de partido: 06.12.1953: Celta de Vigo 3 - 4 Valencia CF

Ficha de partido

Celta de Vigo
Celta de Vigo
3 - 4
Valencia CF
Valencia CF

Equipos titulares

Timeline del partido

escudo local
Inicio del partido
0'
escudo visitante
Areitio
3'
Alberto PláAsist: Vicente Seguí
5'
Mecarle
11'
Faas Wilkes
40'
Descanso
45'
Vicente Seguí
59'
Gausí
82'
Sócrates BelenguerAsist: Sócrates Belenguer
89'
Final del partido
90'

Estadio



Nombre: Balaídos
Aforo: 32.000 espectadores
Ubicación: Vigo (Pontevedra) 
Inauguración: 1928

Rival: Celta de Vigo

Records vs Celta de Vigo

Máximo goleador: Mundo Suárez (23 goles)
Goleador rival: Hermida (9 goles)
Mayor victoria: 7 - 0 (28.04.1946)
Mayor derrota: 1 - 5 (17.12.1950)
Más repetido: 1-1 (21 veces)

Crónica

Enjuiciando objetivamente los acontecimientos, hay que proclamar que el Celta jugó esta tarde mejor de lo que lo venía haciendo esta temporada. Y es que constituye realidad inalterable el que los equipos de casa, cuando el enemigo es de campanillas, se supere en el esfuerzo. Es un hecho que se pone de relieve año tras año y partido tras partido. La ilusión de frenar a los gallitos en su carrera y ganarse la admiración y aplauso de las seguidores son fenómenos que se mantienen y repiten con frecuencia. Pues bien, con este empeño salieron también hoy los jugadores célticos, y como a él se unieron también el deseo de remediar en lo posible la situación comprometida y apurada que el Celta ocupa en la tabla clasificadora, los jugadores célticos salieron al campo decididos a batallar sin descanso y hacer méritos para la victoria. Y en este afán ardoroso y valiente les ayudó el público que sin fallar para nada a los deberes de consideración y respeto para el rival, supo animar continuamente a los suyos. Pero, por el contrario, la suerte no ha sabido ayudar a los azules.

Es cierto que cuando se lucha acuciado por la necesidad de puntuar, el juego apoyado por el coraje y el entusiasmo, no resuta todo lo práctico y eficaz que este detalle de valentía merece. El empuje es arma poderosísima, pero cuando además existen unas ansias de triunfo, los nervios impiden igualmente canalizar con serenidad el juego, en avances fructiferos. Y algo de esto le ha ocurrido esta tarde al Celta. Salió a todo gas, como dispuesto a resolver cuanto antes el partido. Y a poco de comenzar fue Aretio, quien después de pasar por el Barcelona, el Murcia y el Gijón, retornó al Celta, quien llevó el balón a las mallas contrarias de un disparo colocado que Quique no acertó a neutralizar.

Por estos comienzos, parecía que la cosa se encarrilaba bien para el Celta, pero poco después avanzaba el Valencia y Pla aprovechó un servicio de su extremo Seguí para lograr el empate. El público protestó porque Seguí se había hecho con el balón cuando éste ya había sa ido fuera del campo, pero el árbitro hizo caso omiso del griterío y señaló el centro del terreno. Con todo el Celta siguió animado y sus hombres más voluntariosos que acertados, creaban graves situaciones de peigro ante la puerta valencianista, donde los blancos se defendían a la defensiva con no menos energia y coraje con que atacaban los de casa. Sin embargo, a los quince minutos, una internada de Gausí con centro pasado fué aprovechado por Mekerle para empalmar un tiro imponente y sesgado que se fué a la red.

Volvió el Celta a tener ventaja y esta diferencia dió mayores alientos a los jugadores azules. Dominaban los de casa y los de Mestalla se batían ordenadamente a la contra. Y cuando se decidían a pisar el terreno céltico cargaban el juego sobre Wilkes, para que éste luciera sus habilidades o demostrando quizá que el poder ofensivo del Valencia descansa fundamentalmente en el jugador holandés. Y fué precisamente Wilkes, en jugada genial, el que estabeció nuevamente el empate a dos goles. Había avanzado con el balón por la derecha, atrayéndose a los contrarios para descolocar a los defensas y meta célticos. Y pone fin a su evolución con un disparo cruzado y raso que llega hasta la red.

El reloj señalaba entonces 42 minutos de juego; y en los tres restantes hasta el descanso hubo unas alternativas apuradas para las dos porterías. La del Celta la resolvió Aduto deteniendo un disparo de Buqué de espaldas a la puerta. Y la del Valencia se encargó de neutralizarla el árbitro señalando fuera de juego a Mekerle, cuando éste iba en veloz carrera hacia el marco de Quique.

Con el empate a dos se inicia el segundo tiempo. Los célticos se lanzaron de nuevo sobre la meta enemiga y hubo unos momentos en que se sucedieron los disparos, pero el balón encontró siempre el cuerpo de un jugador blanco en el que rebotaba y por último la providencial intervención de Monzó en la misma linea para salvar in extremis el gol. Después, disparos de Mekerle, Olmedo y Aretio que tampoco hallaron el camino del gol. Y a los 15 minutos, cuando presionaba el Celta, un despeje largo llega hasta Seguí, que en forcejeo con Lolín y Juan Francisco consigue llegar hasta Adauto y batirle de cerca también por bajo.

El Celta intenta dar la vuelta al partido, Ataca apresuradamente y el Valencia se defiende con energía. Y los minutos pasan hasta el 38, en que, daspués de un golpe franco, Amoedo, que había permutado su puesto con Mekerle, bombeó la pelota al extremo para que Gausí, de cabeza, lograra poner el marcador en un tres a tres esperanzador. Pero un nuevo golpe de suerte había de dar el triunfo al Valencia, que en una de sus arremetidas logra forzar dos saques de esquina seguidos. Y tras el último, faltando pocos segundos para la terminación, un rechace de un jugador céltico fue aprovechado por Sócrates empalmando un tiro al ángulo superior derecho de Adauto, que se hallaba un poco adelantado, y el balón llega hasta la red.

Inmediatamente, la pitada final del árbitro Andrés Rivero, cuya actuación tuvo muchos errores y la mayoría perjudicando al Celta. El Valencia mandó siempre en el juego a la contra. Sus jugadores se hallan muy compenetrados, y hay solidez en todas sus líneas. Ante esto, de nada sirvieron los esfuerzos y entusiasmo de los componentes del bando céltico.